Seguramente ya habéis leído estas esta historia, la del Ruso que llega a un pueblecito, y la solución a la crisis, os la cuento:
Un rico Ruso de ruta por España, llega a un pequeño pueblo. Entra en el hotel donde pretende alojarse, pero antes quiere ver las habitaciones para ver si son de su agrado, por lo que pone un billete de 1000€ en el mostrador del recepcionista que le acompaña a ver las habitaciones.
El dueño del hotel pensando que el ruso se alojará en el hotel, coge el billete y sale corriendo a pagar las deudas que tiene con el carnicero que le provee. El carnicero con el billete que recibe, corre a pagar su deuda al criador de cerdos, este a su vez se da prisa en pagar lo que debe al proveedor de piensos. El del pienso coge el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con la prostituta a la que hace tiempo que no paga. La prostituta coge el billete y va al hotel donde había ido con sus clientes las últimas veces y que todavía no había pagado. Entrega el billete de 1000€ al dueño del hotel, y liquida sus deudas.
En este momento baja el ruso, que acaba de echar un vistazo a las habitaciones, dice que no le convence ninguna, coge el billete que había dejado antes, y se va de pueblo. Nadie ha ganado nada, pero todos han saldado sus deudas.
Moraleja: Si el dinero circula se acaba la crisis.
Esta historia ha circulado por email y seguramente estará publicada en algunos blogs. A todas las personas que se la he contado o las que he escuchado comentándola, han estado de acuerdo que sería la solución para combatir la crisis.
Una vez leida la historia, yo os pregunto:
Es necesario que llegue “Un Ruso” o cualquier otro con dinero, para solucionar el problema de la deuda que tienen unos con otros?.
Pero si pensamos por un instante, la deuda que tienen unos con otros no existe, lo que han hecho es un trueque, pero ellos no se han dado cuenta.
Si pudiéramos juntar a todos ellos y ponerles de acuerdo, podríamos hacerles ver que no es necesario poner los 1000 € para saldar las hipotéticas deudas.
Puesto que si analizamos la historia, lo que los actores de la historia han realizado, es un trueque indirecto a un precio constante por sus servicios.