viernes, 6 de agosto de 2021

"El valor de las cosas", una fábula budista sobre la autoestima

Cuentan que un joven visitó un día a un sabio maestro del budismo. Necesitaba entender por qué se sentía tan poco valorado.
– Maestro- le dijo- siento que no valgo nada, que nadie me valora. Siento que soy un auténtico inútil en la vida.

El maestro se incorporó y respondió:

– Cuánto lo siento, muchacho… pero antes de ayudarte, necesito resolver un problema y tú puedes ayudarme. Después, te ayudaré a ti.

El joven volvió a sentirse mal. De nuevo postergaban su problema… se sentía menos valorado aún, pero no podía negarse a ayudar al maestro.

– De acuerdo- le dijo.

Entonces, el sabio se quitó un anillo pequeño que llevaba en el dedo meñique y se lo dio, diciendo.
– Toma este anillo. Necesito que lo vendas en el pueblo. Puedes usar mi caballo para llegar antes. Pero no lo vendas por menos de una moneda de oro.

El joven hizo lo que el maestro le pidió: cabalgó hasta el pueblo e intentó vender el anillo en el mercado. Pero todos se reían de él.

– ¿Una moneda de oro por esto? ¡Vamos, muchacho, que el oro vale mucho y tu anillo no debe costar más de una moneda de plata…como mucho!

Un anciano se apiadó de él y le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre a cambio, pero la consigna era clara, y no quiso vender el anillo por menos de una moneda de oro. Al final del día, desesperanzado, regresó a la casa del maestro con el anillo.
– Lo siento… nadie quiso darme una moneda de oro por él.

Y el sabio le dijo:
– Vaya, no importa… Tal vez primero debamos saber cuánto vale en realidad, ¿no crees? Así sabremos qué pedir por él. Toma el anillo de nuevo y visita al joyero del pueblo. Que te diga cuánto pagaría por él. Es experto en oro y sabrá con exactitud lo que vale este anillo. Pero no se lo vendas. Vuelve para contarme qué te dijo…

El muchacho hizo lo que el maestro le pidió. El joyero sacó su lupa y estuvo observando el anillo con detenimiento. Después, levantó la cabeza y dijo:

– Dile a tu maestro, que le daré 57 monedas de oro por él…

– ¡57 monedas de oro!- exclamó el joven entusiasmado.

– Sí, sé que es poco… con el tiempo podríamos sacar hasta 70 monedas de oro, pero si tiene prisa por venderlo, es lo que le puedo dar.

El joven regresó muy contento a la casa del maestro y al llegar le dijo:

– ¡Maestro! ¡El anillo vale muchísimo! ¡57 monedas de oro!

Y el sabio asintió sonriendo. Luego le dijo:

– Lo mismo sucede contigo. No todos van a valorar lo que realmente vales. Solo aquellos que puedan verte de verdad, aquellos que como el joyero, sepan valorar. No le des importancia a lo que piense el resto.

Moraleja: «no todos sabrán valorarte, solo aquellos que realmente te conozcan»

miércoles, 28 de julio de 2021

El destino.

¿La historia de cada una de nuestras vidas está escrita desde el día en el que nacemos?. ¿Podemos cambiar el curso de los acontecimientos?.  La verdad no se que pensar, si las respuestas a estas preguntas son afirmativas, ¿entonces para que vivimos?, ¿para qué existimos?, ¿tan solo somos unas marionetas dirigidas por un ser superior?.  Hoy alguien que me importa me ha dicho que si tenemos un destino, ¿dónde está escrito nuestro guión?. Desde luego de lo que estoy seguro es que nadie puede huir y es lo que este relato habla, del poder de la muerte. Cuento sobre la muerte. Vivía en Bagdad un comerciante llamado Zaguir. Hombre culto y juicioso, tenía un joven sirviente, Ahmed, a quién apreciaba mucho. Un día mientras Ahmed paseaba por el mercado, se encontró con la Muerte que le miraba con una mueca extraña. Asustado, echó a correr y no se detuvo hasta llegar a casa. Una vez allí le contó a su señor todo lo ocurrido, y le pidió un caballo diciendo que se iría a Samarra donde tenía unos parientes, para de ese modo escapar de la muerte. Zaguir no tuvo inconveniente en prestarle el caballo más veloz de su cuadra, y se despidió diciéndole que si forzaba un poco el caballo podría llegar a Samarra esa misma noche. Cuando Ahmed se hubo marchado, Zaguir se dirigió al mercado y al poco rato encontró a la Muerte paseando por los bazares". Por qué has asustado a mi sirviente? - preguntó a la Muerte-.Tarde o temprano te lo has de llevar, déjalo tranquilo mientras tanto"... "Oh, no era mi intención asustarlo - se excusó ella-, pero no pude evitar la sorpresa que me causó verlo aquí, pués esta noche tengo una cita con él en Samarra". 
Qué es el destino?.   Destino es la supuesta fuerza sobrenatural que guía las vidas de los hombres de forma necesaria y, a menudo, fatal. En la cultura occidental la mayoría de las religiones han creído en formas de destino, especialmente relacionada con la predestinación. El destino es una idea metafísica y como tal está sometida a interpretaciones. El destino sería la sucesión incognoscible e inevitable de acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo cuya consecuencia es uno o más hechos futuros, así como la red de posibilidades del futuro a causa de las acciones presentes y los acontecimientos pasados. El destino se relacionaría con la teoría de la casualidad que afirma que «toda acción conlleva una reacción, dos acciones iguales tendrán la misma reacción», a menos que se combinen varias causas entre sí haciendo impredecible a nuestros ojos el resultado. Nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada. Todo tiene una causa, y si tiene una causa estaba predestinado a existir desde el momento en que la causa surgió. Debido a que la inmensa cantidad de causas es impensablemente inmensa, nos es imposible conocerlas todas y enlazarlas entre sí. Desde un punto de vista religioso el destino es un plan creado por Dios, por lo que no puede ser modificado de ninguna manera.