Hace muchos, muchos años existió un peregrino que vivía al sur de la
península ibérica, entre los árabes que ocuparon Al-Andalus, la actual
Andalucía.
Su nombre era Mozarito y estaba visitando a unos parientes en Almería
cuando se enteró de que en una ciudad llamada Santiago había aparecido
la tumba de un hombre muy bueno llamado Santiago y quiso ir a verlo.
Y así lo hizo, cogió su bordón, su calabaza, su concha y se puso a andar por un Camino. Ese camino era muy, pero que muy largo. Tuvo que pasar por la ciudad de Granada, rodeando el palacio de la Al-hambra y allí conoció a otros peregrinos ,también mozárabes, que iban a Santiago de Compostela.
Cuando estaba cansado, Mozarito, se paraba en alguna posada o albergue a descansar y comer algo. Pero al despertar el día, se ponía en marcha de nuevo y seguía aquel Camino que misteriosamente le conduciría por sitios nuevos y desconocidos. Pasó por la ciudad de Córdoba, donde admiró la Mezquita, que era como nuetra ermita, pero más grande y más bonita.
También conoció a más peregrinos que venían de otras ciudades: Jaén, Málaga y juntos continuaron por aquella senda que los adentró poco a poco en la Comarca de La Serena, en Extremadura; un territorio donde vivían grullas, avutardas y ovejas que daban un queso riquísimo llamado "torta" y que con pan está buenísimo. También pudieron beber agua en los embalses de Orellana y el Zújar mientras divisaban a lo lejos las murallas de la fortaleza de Magacela.
Y así lo hizo, cogió su bordón, su calabaza, su concha y se puso a andar por un Camino. Ese camino era muy, pero que muy largo. Tuvo que pasar por la ciudad de Granada, rodeando el palacio de la Al-hambra y allí conoció a otros peregrinos ,también mozárabes, que iban a Santiago de Compostela.
Cuando estaba cansado, Mozarito, se paraba en alguna posada o albergue a descansar y comer algo. Pero al despertar el día, se ponía en marcha de nuevo y seguía aquel Camino que misteriosamente le conduciría por sitios nuevos y desconocidos. Pasó por la ciudad de Córdoba, donde admiró la Mezquita, que era como nuetra ermita, pero más grande y más bonita.
También conoció a más peregrinos que venían de otras ciudades: Jaén, Málaga y juntos continuaron por aquella senda que los adentró poco a poco en la Comarca de La Serena, en Extremadura; un territorio donde vivían grullas, avutardas y ovejas que daban un queso riquísimo llamado "torta" y que con pan está buenísimo. También pudieron beber agua en los embalses de Orellana y el Zújar mientras divisaban a lo lejos las murallas de la fortaleza de Magacela.
Pasaron días y días hasta que llegaron a la Comarca de Vegas
Altas.Pasaron por Don Benito y en Medellín cruzaron por un río llamado
Guadiana, donde el campo era verde, verde y estaba sembrado de tomateras
con tomates rojos, rojos y unos arrozales maravillosos.
Mozarito se sentía cada vez más y más cansado, pero pronto divisó la
Comarca de Tierras de Mérida. Pasó por San Pedro y Trujillanos, donde
con su concha pudo beber agua en el embalse de Cornalvo y desde allí,
llegó a la ciudad de Mérida donde se paró en el CEIP Ntra. Sra. de La
Antigua para visitar a los niños de E. Infantil antes de continuar su
camino por la Vía de la Plata hacia Santiago.
Y colorín colorado, Mozarito, en esta parada del Camino ha descansado.
FIN
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